Invertir en bolsa hace 50, 30 o 20 años atrás era un sinónimo de ahorro y las acciones fueron para muchos el regalo de cumpleaños que los abuelos siempre entregaban. Recuerdo de niño las acciones de Fabricato que mis padres me ayudaron a comprar, como una respuesta y apoyo a la industria y bajo la presunción que el sector textil se recuperaría y se valorizarían las acciones. Estos títulos valores eran de color verde, hoy en día casi nadie sabría como lucen o de que color son ya que ahora existen depósitos de valores y el manejo y traspaso de las acciones no es físico.

Alrededor del mundo esa misma era la concepción del mercado bursátil. Comprar para ahorrar y redimir en un futuro lejano o quizás darlas como herencia a futuras generaciones de la familia. Entrarían después con más vigencia los mercados de derivativos de opciones y futuros cuyos precios dependían de los precios de los instrumentos subyacentes o al contado. Quienes sean versados en el tema, saben de que las expectativas de ganancia en estos instrumentos surge de la volatilidad que se alimentaba de situaciones de carácter fundamental o técnico.

Pero todo eso cambio. Entre los años de 1998 y el 2000 la volatilidad se empezó a alimentar de otros factores provenientes del famoso "Day Trading". Empezaron a nacer compañías que aportaban los computadores y los sistemas de trading y análisis para que como cualquier juego de azar al estilo Las Vegas, los afiliados con su propio dinero especularan, jugaran y adivinaran en el diario y constante comprar y vender de acciones. Ya no era el comprar para redimir en 30 años sino el tener (long) o no tener posiciones (short) para deshacerse o hacerse apenas los precios de las acciones subieran o bajaran "unos dólares". Ese mismo jueguito repetido durante todo el día generaba pérdidas o ganancias para los apostadores. Muchos hicieron fortunas que perderían al día siguiente y otros hasta terminaron dando bala en medio de la frustración.

Después vendrían los grandes bancos de inversión como Goldman Sachs, Piper Jaffray entre otros con sus ingenieros de sistemas y también los particulares con sus programadores a espalda quienes empezaron a construir modelos de compra y venta de acciones en algo que se denomina hoy en día transacciones de frecuencia alta (High Frequency Trading). Aqui, las expectativas no eran márgenes de unos cuantos dólares sino de centavos. Usted podrá imaginar que no existiría ser humano en el mundo capaz de arbitrar (Encontrar imperfecciones en precios) entre las múltiples matrices de correlación de grupos de acciones y otros instrumentos financieros y ejecutar miles de transacciones por segundo. Si su compañía de bolsa no posee estos modelos y estos súper computadores, entonces algunas no tendrían forma de producir un nivel de utilidades o márgenes de rentabilidad adecuados para pagar a inversionistas acostumbrados a más del 15 o 30% y sostener personal, oficinas costosas y equipos. Y entonces el estilo de vida que van perdiendo, los costos, la avaricia y las frustraciones los incitan a dar el famoso "pasito de más" o inventarse jugadas financieras que más adelante resultan contraproducentes y equivocas. Y ese paso de reina se viene dando desde hace mucho tiempo. Recuerdan a los Picas y más recientemente a Interbolsa en Colombia, a Bernie Madoff en USA o Nick Leeson en el Reino Unido?

Si usted invierte en bolsa es porque su disposición mental es especular y tratar de ganar lo que pueda en el transcurso de los próximos segundos, apostando a base de corazonadas, rumores o tendencias segundo placistas. Pero si su intención es de largo plazo y con un riesgo manejable más bien piense en invertir o hacer parte de algún negocio o idea de la cual usted puede tener control y opinión y busque otras alternativas de diversificación como la propiedad raíz, los metales preciosos (físicos no en papel), y el arte por ejemplo. En cuanto a la propiedad raíz, tenga en cuenta de que las propiedades con mayor dinámica son aquellas que se pueden rentar o alquiler de manera fácil, no se enfrasque en propiedades costosas pues estas son menos liquidas. En términos de diversificación de riesgo, es mejor comprar tres casas por $350 mil dólares cada una en 3 distintas áreas o ciudades que una por 1 millón. Los inversionistas en Silicon Valley en los Estados Unidos no se la pasan invirtiendo en bolsa y tratando de competir con mega-computadores sino que invierten en startups o compañías que les presenta alguien o que ellos escuchan al respecto o alguien que se les acerca. Así nació entre otras Google, Facebook, Twitter, Zillow y Airbnb. Esta última valorada en más de 10 billones de dólares después de que sus 3 fundadores en el 2008 no tenían ni para pagar la renta de sus aparta estudios. Ideas hay miles. Investíguelas, haga su tarea, analice el nivel de riesgo que quiere asumir, sepa de que se trata la idea o el proyecto, quienes participan, el rol que usted puede desempeñar, consulte con su familia y si es el caso, entonces invierta.

Luis E Woolley. Vice President Scan Archives