Las enseñanzas del mundial

Nadie, ni siquiera en su mas anormal estado mental puede pensar y asegurar que un equipo de futbol puede ser infalible y siempre ganador. El equipo puede tener los más caros jugadores del mundo, con la mayor experiencia futbolística posible y la fanaticada inundando las graderías hasta las banderas y aun es susceptible a perder un partido de futbol.  

El reciente partido mundialista entre Brasíl y Alemania en el que los teutones ganaron por 7 goles a 1, demostró en primera instancia disciplina y en segunda instancia confianza por parte de los Alemanes. Desde el comienzo del mundial el equipo alemán y sus integrantes siempre guardaron un bajo perfil y su interlocutor fue el resultado positivo al final de cada partido. En Alemania cada jugador merece importancia y la responsabilidad del equipo recae en todos los jugadores y su cuerpo técnico. Si alguien se lesiona hay reemplazos y estos son igualmente fichas importantes dentro del equipo. Alemania ha estado en muchas ocasiones con el marcador a sus espaldas y nunca les he visto perder la compostura ni mucho menos he visto a su capitán perder el liderazgo y al equipo perder el norte de lo que está pasando.  Fíjense el apoteósico ejemplo del equipo de Costa Rica que prácticamente enfrento a los más poderosos equipos del mundial y los derroto. Lastimosamente al final contra Holanda se noto un poco el nerviosismo y al parecer la confianza se mino en dos de sus mejores cobradores de penas máximas. Sin embarg0, el trabajo, la humildad y la mentalidad del equipo Costa Rícense es un verdadero caso de estudio.

Contrario es el caso del equipo brasilero el cual considero patético. Perdió la confianza ante el primer gol, su capitán perdió el control del equipo y este se desorganizo de tal manera que no se sabía quién era quién y cuál era su rol a efectuar.  En menos de 10 minutos recibieron una escalonada de goles a raíz de masivos errores de concentración resultado de la pérdida de confianza. Este tipo de problemas se ve muy a menudo en algunas compañías donde no existe trabajo en equipo,  donde se valoran las individualidades y no el trabajo mancomunado y donde la confianza se deposita en una sola persona en particular. La exitosa  forma de administrar delega responsabilidades y honra el rol e importancia de cada individuo dentro de la organización desde el portero hasta el gerente general o presidente.  Por supuesto que existe un líder pero el verdadero líder brilla a través de los demás. El verdadero líder no manda sino que emancipa, escucha  y vende la idea a seguir y acometer. Por otro lado es claro que una compañía puede atravesar por situaciones difíciles, tener reveses y hasta enfrentar pérdidas, pero las que no aprenden de sus errores y se quedan en su status quo de seguro se van de bancarrota, las demás se reinventan y no se ponen a buscar culpables sino a corregir su rumbo y a aprender de los errores.

Las empresas más exitosas nunca se creen infalibles y su éxito no depende de sus clientes (El equivalente de las barras bravas) sino que depende de su propia fuerza y talento interno y esto es lo que les permite competir y asegurar una posición en el mercado. Este mundial del 2014 deja como corolario que el pensar en favoritismos puede ser equivocado, que el jugar en casa con el apoyo de su hinchada local no es sinónimo de intimidación para otros equipos y no asegura resultados a favor y que el poner toda la fe, favoritismo y responsabilidad en un solo hombre de un equipo de 11 es un error de consecuencias históricas.

Scan Archives International. Derechos de Autor. 2014 All Rights Reserved