El retorno del imperio del diablo
Corría septiembre de 1983 cuando un avión de la aerolínea Korean Airlines fue inexplicable y criminalmente derribada por un interceptor de combate soviético. Ante semejante acto de barbaridad la respuesta de los Estados Unidos no se hizo esperar y en el largo plazo este antecedente se convertiría en el principio del fin de la Unión Soviética y del imperio del diablo como la catalogaba el presidente Ronald Reagan. Por esa época todo el mundo le hacia el mapa al calzoncillo del miedo de una potencial guerra nuclear que acabara con todo el planeta.
En el pasado el politburó soviético era dominado por una serie de individuos sin emotividad y con actitud beligerante en medio de una sociedad atrapada en el pasado y bajo un férreo y hostíl sistema social y económico. Imposible olvidar al patán de Krushev dándole zapato a una mesa en plena sesión de las Naciones Unidas o a Leonid Brezhnev que nunca aprendió a sonreír. Hoy en día las circunstancias son distintas y las listas de individuos más ricos en el mundo cargan varios nombres de ciudadanos rusos, quienes han apoyado las pataletas del señor Putin y no están pensando en el fin del mundo ni creo que apoyen cualquier decisión que ponga en peligro o riesgo sus cuentas bancarias en Suiza, sus compras con la Black American Express o sus multimillonarias inversiones en propiedad raíz en Miami o Nueva York. Quizás incluso sigan la tradición de bajarse del bus que saben no los conduce a nada y muy probablemente el actual presidente ruso hasta este poniendo en riesgo su propia vida.
El presidente Putin a pesar de sus temerarios movimientos, de su hoja de vida como ex KGB y de sus estúpidas decisiones, también es un hombre que le gusta la buena vida. De hecho está construyendo su propio palacio en la costa del Mar Negro, que le está costando a la oligarquía rusa la módica suma de 1 billón de dólares. Con semejantes pretensiones y ego no creo que el presidente ruso este pensando en una escalonada nuclear que le haga perder más el cabello a causa de la radiación y quizás terminar manejando una camioneta destartalada al estilo Mad Max. Existe también una poderosa organización del bajo mundo en Rusia que no esta dispuesta a hacer negocios ni manejar activos desde el infierno y esta es la poderosa mafia rusa y es por eso que insisto que quizás la misma vida del presidente ruso pueda estar en juego en todo este escenario.
De todas formas, para muchos, los desafíos de Putin marcan una estrategia del nuevo orden global con la intensión de restarle influencia geopolítica a los Estados Unidos. De hecho ha venido funcionando ya que el actual presidente norteamericano parece estar desconcentrado sobre la actual crisis global y más enfocado en su golf hándicap y no ha tenido el pulso firme para confrontar las reacciones de Rusia. Paradójicamente, tuvo que ser de nuevo una aerolínea derribada por un misil ruso disparado desde Ucrania para que el mundo abriera los ojos y se propusiera contener un poco al gran oso ruso. Quizás sirva este episodio para revisar lo que hizo Ronald Reagan ya que el que no sabe de historia está condenado a repetirla.
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